La campaña de la declaración de la renta viene cada año, y aunque siempre cambia ligeramente lo más importante se mantiene constante.
Es muy fácil recurrir a lo rápido, aceptar el borrador, pero no siempre será lo más inteligente para tu dinero.
Deberías preguntarte algunas cosas antes de hacer tu declaración, y en este artículo encontrarás las respuestas a esas preguntas.
Tenlo en cuenta, porque si optimizas tus impuestos puedes ahorrar mucho dinero.
👉 ¿No estás obligado a declarar?
👉 ¿Tienes dudas sobre cuanto pagas de impuestos cada año?
👉 ¿Vives en pareja y no sabes si hacer declaración conjunta o individual?
En este artículo, escrito por Antoine Kerfant, consultor para emprendedores y que escribe desde 2011 sobre consejos para ahorrar e invertir en ideasyahorro.com encontrarás respuesta a algunas de las preguntas más habituales sobre la declaración de la renta.
👉 Si te interesa esta temática, te aconsejo esta entrevista a Adrián de Librestado, donde hablamos de impuestos, residencias Offshore, protección del patrimonio y mucho más.
¿Cuánto pagas realmente de impuestos al hacer la declaración de la renta?
Hay mucho desconocimiento sobre la renta.
Me llama mucho la atención como en España muchas personas confunden lo que pagan de IRPF con el resultado de la declaración de la renta.
A veces escuchas comentarios como “a este que cobra un pastón le ha salido a devolver, no lo entiendo”.
Este tipo de frase demuestra claramente que la persona no sabe cómo funciona el sistema de retención.
Por eso me ha parecido importante empezar por una aclaración.
Retención y resultado final de la declaración de la renta
A los trabajadores por cuenta ajena se les va reteniendo en la nómina cada mes una cantidad, en función de unas tablas que proporciona la Agencia Tributaria.
Los autónomos también tienen retenciones en facturas, o pagos a cuenta trimestrales, según su situación.
En todos los casos, lo que se intenta es cobrar durante el año una cantidad muy parecida a lo que deberá pagar finalmente el contribuyente en la declaración de la renta en función de su situación personal.
Como existen muchas deducciones y situaciones particulares, que además van evolucionando con el tiempo, sería poco práctico para Hacienda intentar cobrar cada mes la cantidad exacta que le corresponde a cada uno.
En lugar de eso, se hacen esas aproximaciones, y al final del año, el contribuyente hace la declaración de la renta para saber cuánto impuesto le corresponde.
Entonces pueden pasar dos cosas:
➤ El contribuyente ha pagado más de lo que le corresponde tras tomar en cuenta todos los factores y las posibles deducciones.
Hacienda le debe dinero. El resultado de la declaración sale a devolver.
➤ El caso contrario es cuando las cantidades que se han pagado durante el año son insuficientes.
El contribuyente debe dinero a Hacienda. El resultado sale a pagar.
Como ves, el resultado de la declaración y lo que has pagado en total son dos cosas muy diferentes.
Puedes haber pagado 8.000 euros durante el año y tener una devolución de 500€, mientras a otra persona le han retenido 1.500 y le toca pagar 800 con la declaración.
Es mejor que te salga a pagar, siempre que estés preparado.
Ya sé que puede sonar raro, pero desde el punto de vista financiero, es más interesante pagar lo más tarde posible cuando no hay intereses.
Cuando el resultado de la declaración te sale a devolver, en realidad Hacienda ha estado guardando un dinero tuyo durante un tiempo.
Es un dinero al que podrías haber sacado rentabilidad, pero no te pagan intereses.
Al contrario, cuando la declaración sale a pagar, Hacienda te está prestando dinero gratis. Dinero que puedes invertir si quieres.
Evidentemente, eso solo es interesante si dispones del dinero para pagar.
Pero supongo que los lectores del blog tienen una buena gestión de sus finanzas personales y disponen de una reserva para este tipo de pagos.
Haz siempre una simulación del resultado de la declaración, aunque no estés obligado a declarar
No estar obligado no es una prohibición.
Cada vez que tengo la oportunidad de hablar con personas cuyos rendimientos del trabajo son inferiores a los 22.000€, insisto sobre esa idea.
Por algún motivo, muchas personas creen que el hecho de no tener la obligación de declarar es lo mismo que no tener la opción de hacer la declaración.
No lo es.
Aunque cobres menos de 22.000€ y cumplas los requisitos para no estar obligado a declarar, puedes perfectamente rellenar y mandar el modelo 100 de la Agencia Tributaria.
De hecho, si no estás obligado es muy probable que te salga a devolver.
En España, como en la mayoría de los países, el impuesto sobre la renta es progresivo.
Consiste en varios tramos, iguales para todos, cuyo tipo de imposición es mayor a medida que los valores van subiendo.
Pero el porcentaje de impuesto solo aplica al tramo correspondiente, no al conjunto de los ingresos de la persona.
Es decir, que si una persona ha cobrado 15.000€ y otra ha cobrado 100.000€, ambas pagarán los mismos impuestos sobre los primeros 15.000€.
Pero la segunda persona pagará impuestos cada vez más altos sobre el resto de sus ingresos.
Además, se aplican varias deducciones sobre los rendimientos del trabajo, y hay un primer tramo (mínimo del contribuyente) que no paga impuestos.
Es importante entender eso para ver que, normalmente, a una persona con unos rendimientos del trabajo de 10.000€ no le corresponde pagar IRPF.
Sin embargo, es muy probable que esa persona haya tenido una retención, aunque sea la mínima del 2%.
En otras palabras, ha pagado 200€ cuando no le tocaba pagar nada.
Le toca a devolver.
Y eso es sin tomar en cuenta deducciones particulares.
Haz siempre la simulación
Es muy fácil ver cómo te saldría la declaración.
Hacienda tiene un borrador con todos los datos que le han comunicado las empresas.
Por lo tanto, si eres empleado, tan solo tienes que conectarte a la web de la Agencia Tributaria, comprobar los datos, y ver como sale el resultado.
Si sale a devolver tras comprobar que tus datos son correctos, ¿para qué vas a renunciar a ese dinero?
Puedes hacer la declaración, y en unas semanas recibirás la devolución correspondiente.
Si sale a pagar, no has perdido mucho tiempo.
No haces la declaración, ya que no estás obligado, y tienes la satisfacción personal de saber que no tienes que pagar lo que en teoría te tocaría.
Si vives en pareja, prueba la opción más interesante para ti
Las personas que viven en una unidad familiar tienen dos opciones de tributación.
Siempre que todos los miembros de la unidad familiar sean contribuyentes por el impuesto sobre la renta, pueden optar a dos opciones:
➤ La declaración individual, es decir que cada uno declare sus ingresos de forma independiente.
➤ La opción conjunta, es decir que todos los ingresos de los declarantes se suman en una sola declaración de la renta.
Esa alternativa es especialmente interesante en el caso de una pareja.
¿Cuál es la opción más interesante fiscalmente?
Sinceramente, no se puede responder de forma genérica, porque cada pareja es un caso aparte.
Pero, sin embargo, la tendencia es la siguiente:
➤ Si ambas personas tienen ingresos relativamente similares, suele compensar más hacer la declaración individual.
➤ Si existe una gran diferencia entre los ingresos de una y otra persona, entonces suele ser más favorable la declaración conjunta.
La lógica detrás de eso es que, si los ingresos son muy desiguales, una de las personas probablemente tenga unos rendimientos altos, sometidos a un tipo de imposición muy importante.
Al hacer el promedio, se baja mucho el tipo de imposición y se ahorra en impuestos.
Prueba siempre las dos opciones.
Cuando estés preparando la declaración de la renta, rellena los datos para ambos contribuyentes.
Cuando hayas terminado, mira como quedan los resultados de las declaraciones individuales, y súmalos.
A continuación, cambia a declaración conjunta, y mira el nuevo resultado de la declaración.
Si es más favorable que la suma de las individuales, te merecerá la pena optar por la conjunta.
Ten en cuenta, que una vez que haya pasado el plazo de declaración, no podrás cambiar esa opción de tributación hasta la campaña del año siguiente.
Aprovecha las deducciones autonómicas al hacer la declaración de la renta
No hablo de las deducciones estatales porque suelen ser más conocidas.
Pero, dependiendo de tu lugar de residencia, existen unas deducciones autonómicas que pueden ser muy interesantes.
Te recomiendo que las analices, especialmente si te mudaste recientemente.
Además, pueden cambiar de un año para otro, así que es importante mantenerse informado.
El ejemplo de la deducción por alquileres en Valencia
El año pasado, hablando con diversos amigos que viven en Valencia, les informé de que todavía estaba vigente la deducción fiscal por alquiler de vivienda principal.
Muchos no la conocían, y pensaban que me refería a la deducción estatal, que terminó en 2015.
Investigando más sobre el tema, me di cuenta que los requisitos para poder optar a esa deducción habían cambiado para la campaña de la renta de 2018, y pude informar a mis amigos de los pasos que tenían que dar.
Pongo este ejemplo porque para varias de las personas que he mencionado la deducción suponía un importe de unos 500€.
Me parece que molestarse en hacer un par de trámites para poder recuperar 500€ cada año mientras esté vigente la deducción compensa bastante.
¿No crees?
Es muy posible que tu Comunidad Autónoma tenga alguna deducción interesante.
Es muy importante conocerla, y asegurarse de los requisitos para cumplirla.
En el caso de la deducción por alquiler en Valencia, es muy habitual que la Hacienda de la Generalitat pida justificantes a posteriori.
Quien no lo haya hecho bien tendrá entonces que devolver el dinero con intereses.
Pero si te informas bien, la cantidad de impuestos que puedes recuperar (o dejar de pagar) puede ser muy notable.
Merece la pena que lo hagas.
¿Lo ves?
Con unos pocos consejos puedes optimizar tus impuestos y ahorrar mucho dinero.
No lo dudes y ponte con la declaración de la renta en cuanto se inicie la campaña.